Contemplaciones (1)

Biarritz Coast by night by guillaume dauphin

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Aun no puedo olvidar el cielo de aquel pequeño paraíso en medio de la nada, aquel pueblo olvidado por el resto, que debido a sus constantes cortes de luz, ofrecía tan hermosa vista del cielo, la vía láctea, las estrellas, los meteoritos y hasta puedo jurar que vi otras cosas más…

Mirando por la ventana del bus, en medio de la nada sin ciudades y sus luces que entorpezcan la mirada del cielo podía distinguir claramente las constelaciones, los planetas a medida que el bus giraba en una curva danzaban ante mí como en un disco las constelaciones de Antlia, Caelum, Canis Major, Centaurus, Columba, por un momento me sentí flotando entre ellas, ingrávido sin un cuerpo físico, volando entre ellas atravesando el cielo, no, el espacio, me imagine cruzando una estrella sintiendo su calor infinito, volé al lado de cometas atravesé planetas sintiendo el frio del universo, la inmensidad, a pesar de sentirme como un ente del universo estaba solo, estaba triste, era hermano de las estrellas, pero no era como ellas, me sentí a ante la presencia de un creador, aunque nunca creí en uno, las olas del mar, cual entes con vida recorriendo la costa, es acaso algo que no podemos entender?

El cielo se une con el mar en el horizonte, en el firmamento un pequeño grupo de estrellas tintinean acaso nos llaman?. Aun siendo miles las estrellas que vemos, no son nada, estamos ciegos, es difícil darse cuenta de la inmensidad de este universo aunque pensamos saber mucho, no sabemos nada.

Me siento solo, es un gran universo y nadie mira hacia arriba, el mundo corre en frenesí hacia su propia destrucción y realmente nada cambia, la gente parece estar ciega, día a día muere gente de hambre mientras otros destruyen comida para subir los precios, la gente corre una contra otra tras banderas, ideologías o credos religiosos matándose en nombre de ideas obsoletas, se gasta más dinero en armas que en salud que en comida, todo lo que se hace es para ganar dinero, los estados están orientados a ser productivos, es decir a ganar dinero, la gente ya no importa más solo el dinero…

Es hermoso el cielo nocturno, a veces pienso que me llama, que me incita a sumergirme en sus aguas misteriosas, es a mi?, tal vez a la humanidad con nuevos barcos, naves que surquen los océanos del espacio a descubrir nuevas maravillas y que la humanidad otra vez como un niño se maraville de la naturaleza de este vasto universo.

Roberto.